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¿Qué es la dermatitis atópica?

La dermatitis atópica (DA), más comúnmente conocida como eccema, es una alteración de la piel que suele aparecer en bebés o niños pequeños, y que puede prolongarse hasta la adolescencia o, incluso, entrada la edad adulta. Es una condición de tipo crónico y hereditario, es decir, si alguno de los padres presenta eccemas, asma, conjuntivitis o rinitis alérgica, es más probable que el niño presente eccema durante su vida.

Los síntomas más habituales son los siguientes:

• La piel se muestra muy seca (xerosis) y presenta picor (prurito) que puede llegar a ser muy intenso.

• La piel puede estar muy inflamada y roja.

• Erosiones o pequeños bultos en la piel que exudan (liberan líquido) con el rascado.

Si se desarrolla eccema crónico, la piel puede aparecer muy engrosada. Hay que tener mucho cuidado a la hora de rascar las lesiones, porque se pueden producir pequeñas heridas que, además de sangrar, pueden infectarse, lo que dificulta la mejoría de la lesión. Esto es especialmente importante en bebés y en niños pequeños, ya que no comprenden que no deben tocar las lesiones, y el picor los empuja al rascado.

Las lesiones pueden aparecer de manera continua o en forma de episodios intermitentes, a cualquier edad; y desaparecer en cualquier momento.

Dentro del tratamiento, es de gran importancia mantener unos buenos hábitos higiénicos, para mejorar y evitar los brotes atópicos en la mayor medida posible.

En nuestras farmacias ofrecemos los siguientes consejos:

1. Higiene: la ducha o el baño deben realizarse una vez al día con agua tibia siendo muy importante secarse sin frotar y aplicarse un aceite o una crema emoliente para pieles atópicas.

En algunos casos es preferible el baño, que no debe superar los 10 minutos, se debe emplear una sustancia coloidal y jabones extragrasos.

Para evitar infecciones microbianas al rascarse, las uñas deben estar siempre bien recortadas y limpias.

El sudor macera la piel por lo que es recomendable lavarse inmediatamente después de hacer deporte o ejercicio físico intenso.

Los productos de limpieza suelen ser irritantes, así que para evitar su contacto en las tareas domésticas deben emplearse guantes de goma y de algodón.

2. Vestimenta y calzado: la ropa que entra en contacto con la piel, incluida la de la cama, debe ser de fibras naturales como el algodón y el lino. Hay que evitar las prendas con lana o fibras sintéticas, ya que son más ásperas y provocan picor.

3. Alimentación: el paciente de dermatitis atópica puede comer de todo puesto que no hay ningún alimento contraindicado en la mayoría de los enfermos.

4. Evitar el polvo: es un enemigo de esta afección, las alfombras, moquetas, cortinas y edredones de pluma son objetos en los que fácilmente se acumula por lo que es preferible evitarlos. Es importante el uso de humidificadores para el hogar ya que la sequedad ambiental incrementa la xerosis y el prurito.

5. Exposición solar: puede resultar nocivo a largo plazo para cualquier persona, pero en el caso de esta enfermedad, el sudor empeora las lesiones cutáneas. Es imprescindible utilizar un fotoprotector adecuado para este tipo de pieles.

6. El estrés: deben tener en cuenta que el estrés emocional incrementa el picor y empeora los síntomas en general.


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